martes, 11 de febrero de 2020

Y las coplas parirán un nuevo Carnaval...


Tarde, en una tarde de Setiembre.
Un soplo de brisa vislumbra el otoño.
Soplo de brisa que hace
resurgir de sus cenizas a doña sardina.

Ese soplo que funde
en un abrazo pasional de amor
a don carnal y doña sardina.
¡Éxtasis, confusión, pasión, delirio!...
locura de sentimientos… ¡eclosión!
el engendro de coplas está servido.

Engendro que luchará y viajará
por el cielo pacense, hasta
conquistar y engendrar el alma
de letristas y músicos murgueros.

Nueva semilla, para nuevas coplas.
La procesión del tres por cuatro va por dentro.
La guitarra irá dando forma
a música y letra.
Al compás y la fuerza de la presentación.
Pasodoble de música penetrante
y letra emocional.
Un estribillo sin trabalenguas
y fácil de recordar.
Esa musiquilla de popurrí
que entre en letra y
que no le falte su tanguillo.

Pasan los días y meses
la gestación del repertorio
cual embarazo sigue en evolución.
Ya esta el disfraz, el tipo,
la escenografía, la presentación oficial…

Y llegó febrero, la hora de la verdad
Otra murga, otro repertorio,
Otra guerra, ¿otra ilusión?,
Tal vez las mismas heridas,
envidias, desilusiones,
El público, otro jurado
Bueno público y jurado
a los dos os dejo pa' otro día…

Porque hoy es el día,
la hora de dar a luz las coplas
de parir músicas y repertorios.
Que en suspiro maternal
 el López de Ayala ice su telón y
de luz a la copla, la madre del Carnaval
que paran, den a luz las coplas,
las coplas con las que nace un nuevo CARNAVAL,
NUESTRO CARNAVAL MURGUERO,
NUESTRO CARNALVAL,
EL QUE DA VIDA A NUESTRA CIUDAD.




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