En un año de tan baja participación, es significativo que, de tan solo 14 murgas, dos de ellas, sean debutantes en el concurso.
Hubo cosas de anoche que no me
gustaron, pero hubo muchas más positivas que me hacen mirar con esperanza al
futuro.
Por ejemplo, no me gustó que
no se agotasen las entradas puestas a la venta. Si tenemos tantas ganas de
carnaval (y de COMBA) no nos podemos permitir que, en la primera noche de
murgas, dos años después de la última, queden butacas vacías en el teatro. La
buena salud del concurso no es solo responsabilidad de los que suben a las
tablas, los aficionados también debemos velar por ella. Por contra, quiero
darle la enhorabuena a esa mayoría del público que permaneció hasta el final en
su asiento. El teatro no estuvo lleno, pero el de anoche, era un buen público.
Otra cosa positiva a destacar
fue el buen rollo que había entre las 4 murgas que abrieron semifinales. El
buen ambiente se nota y cuando no se nota, es que es malo. Y creedme, anoche lo
hubo y eso se agradece, porque es un concurso, sí, pero entre compañeros hay
que cuidarse.
Me gustó ver al alcalde, el
concejal del ramo y al de deportes sentados en primera fila de principio a fin.
Y me agradó ver como Gragera estuvo pendiente de todo, incluso de los
compañeros de prensa gráfica, que en un principio se quejaban de dificultades
para trabajar. Hablando se entiende la gente, problema solucionado.
Me sorprendió el desparpajo de
las chicas de los MiniFolk, su improvisación con el micrófono. Enhorabuena a
los monitores y personas responsables de su formación en las aulas de carnaval.
Los MiniFolk dan la sensación de ser una murga “bien educada”. ¡Larga vida a
los MiniFolk!
Me encanta ver sobre las
tablas a Pa4Días. Sí, no son la mejor murga del concurso, pero es que
transmiten mucho carnaval. Tienen buenas ideas, poca vergüenza (bien entendida)
y una madurez competitiva que les aleja del veneno que a veces tiene este
teatro. 16 años llevan, sin ganar ningún premio y eso no lo aguantan muchas.
Les gusta el carnaval y lo disfrutan y a mí eso, me encanta.
Los Charramangueros fueron una murga con los fallos de “novata” pero con buena pinta. Se le adivinan mimbres, tanto en voces como en música, pero hay que pulir el diamante.
El concurso necesita savia
nueva y anoche se plantó una semilla. El ejemplo de los MiniFolk o Charramangueros
debe extenderse entre grupos de amigos con ganas de trabajar, disfrutar y hacer
disfrutar. Cuando digan que en Badajoz la gente joven no está comprometida, que
miren a estos dos grupos. Compromiso con su fiesta. Futuro y presente.
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